Hablar de aprendizaje escolar en tiempos de pandemia deja en evidencia que la presencialidad es uno de tantos factores, que no sólo tiene un fin respecto a entregar una adecuada enseñanza para el logro de los aprendizajes, sino que también permite el desarrollo socioemocional de niños y adolescentes. Las reiteradas suspensiones de clases provocó un gran impacto en los aprendizajes de los alumnos y generó efectos negativos en su desarrollo socioemocional, junto con provocar un aumento de la deserción escolar (Mineduc). Sin desmerecer la perspectiva académica, dirigida a potenciar las funciones intelectuales, “no se debe olvidar que no existe posibilidad de desarrollar el potencial académico si paralelamente no se recupera el potencial emocional de niños y adolescentes” (Amanda Céspedes).

Para recuperar dicha capacidad es fundamental crear espacios para convertir el aula en un lugar emocionalmente seguro para niños y adolescentes, es decir, crear condiciones favorables en la construcción de un clima relacional constructivo entre estudiantes y entre estudiantes y docentes con el fin de que impacte en el proceso de aprendizaje significativo.

¿Cómo el aula se puede convertir en un espacio emocionalmente seguro?

1. Recuperar el vínculo emocional entre profesor y alumno, implica un docente interesado en el bienestar de sus alumnos, apoyadores en momentos de dificultad, donde el error es posible y parte del proceso del aprendizaje. La pandemia ha dejado brechas en el aprendizaje escolar y lo que no ayuda es estresar más a estudiantes y familias manteniendo los mismos objetivos y contenidos, lo único que se logrará es aversión y menos aprendizajes.
2. Fortalecer los vínculos afectivos entre los estudiantes, es necesario abrir espacios de conversación con los alumnos, en el que puedan compartir vivencias, expresar sus emociones y hacer preguntas, y en donde los profesionales de los colegios puedan ayudarlos a dar significado a sus experiencias, conocerse entre ellos y así fortalecer las relaciones de afecto como parte de una comunidad de curso.
3. El diálogo como herramienta para abordar los conflictos, todos los integrantes de un colegio necesitan convivir y relacionarse en un ambiente tranquilo, libre de violencia que promueva el buen trato y respeto. Una buena estrategia para abordar los conflictos puede ser conducir a los alumnos hacia diálogos genuinos donde exista apertura de ideas, respetando a las distintas partes implicadas.
El aprendizaje escolar debemos recuperarlo desde una mirada integral, donde cada aspecto es parte de un todo perfecto, quizás es la oportunidad de dejar de observar la educación sólo desde una perspectiva académica.

Cecilia Cordero Sáez
Psicopedagoga
Sucursal Providencia
Centro de Terapia del Comportamiento

Centro de Terapia del Comportamiento