¿Has sentido dolores de cabeza, mala memoria, falta de energía, concentración, cansancio, dolor muscular o mandíbula rígida? Son manifestaciones de tu cuerpo pidiendo ayuda, pidiendo que pares. Si has sentido lo anterior es muy probable que sufras de Estrés.

El Estrés es una respuesta normal y adaptativa de nuestro organismo que se activa ante situaciones que interpretamos como amenazantes, es decir cuando percibimos que no tenemos los recursos suficientes para hacer frente a las demandas del entorno es cuando sentimos Estrés.

Algunos de los síntomas del Estrés pueden ser los siguientes:

Cognitivos/Emocionales:
- Dificultades de concentración
- Alteración en la memoria
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Miedo
- Pensamientos catastróficos
- Dificultad para tomar decisiones
- Falta de motivación
- Alteraciones en la esfera sexual (ej. deseo sexual)

Fisiológicos:
- Tensión muscular
- Hiperventilación
- Palpitaciones
- Temblores
- Problemas gastrointestinales
- Fatiga
- Dolor de cabeza
- Sudoración
- Sequedad de boca
- Náuseas
- Caída del pelo
- Alteraciones en el sueño
- Sistema inmunológico

Conductuales:
- Bruxismo
- Evitación de situaciones
- Consumo de tóxicos (alcohol, tabaco u otras drogas) con la finalidad de evadirse
- Aislamiento
- Tics nerviosos
- Alteraciones en el sueño
- Alteraciones en la sexualidad

Ya que sabemos identificar el Estrés, ahora tenemos que comprender por qué lo sentimos. Cualquier estímulo o situación puede generarnos estrés, va a depender de la interpretación que nosotros hagamos de los hechos. Por ese motivo, podemos encontrarnos con situaciones que para una persona sean altamente estresantes y que para otra no lo sean, por lo mismo es subjetivo.
Hay muchas situaciones o fuentes de Estrés, por ejemplo: trabajo, cuidado de personas dependientes, recursos económicos, eventos vitales estresantes (muerte, separación de pareja, despido laboral, entre otros), enfermedades crónicas, rasgos de personalidad, por ejemplo: el perfeccionismo.

A continuación, algunas herramientas para regular el Estrés:

- Autoconocimiento: Escucha tu cuerpo y mente, será más fácil de poder identificar tus fuentes de estrés, está pendiente a los que sientes.
- Autocuidado: No solo nos referimos a subir el cerro o una sesión de masajes, sino pequeños actos que te proporcionen placer, por ejemplo, parar cinco minutos y respirar tranquilamente, escuchar tu canción favorita, también establecer límites con los demás considerando propias tus necesidades.
- Autorregulación: Si podemos afirmar que siempre vas a vivir contigo misma, por lo mismo es muy importante como te relacionas contigo misma, como te hablas, te permites sentir, o te castigas.
- Solución de problemas: dirijamos la atención al problema, piensa que puedes hacer para resolverlo, ve las alterativas posibles y ponlas a prueba.
- Control de activación emocional: emplea técnicas de relajación o ejercicios de respiración que te van a ayudar a una disminución de la activación de nuestro organismo, al estar consciente de tu cuerpo podrás, no es necesario que te sientas que no das más y esperas hasta estallar.

Como hemos comentado, no podemos vivir sin Estrés y habrá momentos en los cuales, por mucho que sepamos detectar tempranamente situaciones que nos pueden suponer estresantes, vamos a tener que experimentarlo. Lo anterior no significa que debamos resignarnos y adoptar una postura pasiva, pero si podemos poner en práctica algunos recursos que nos van a permitir gestionarlo mejor. Recuerda que, si no puedes sola, puedes pedir ayuda, y un gran paso es comenzar una terapia psicológica.

Carolina Tapia
Psicóloga Clínica
Sucursal Santiago Centro y Terapia Online
Centro de Terapia del Comportamiento

Centro de Terapia del Comportamiento