"se a que cursamos una pandemia no podemos dejar desear que todo siga igual, olvi..."
Pese a que cursamos una pandemia no podemos dejar desear que todo siga igual, olvidamos que los escenarios son otros, las prioridades deberían serlo y nuestra maternidad esta nuevamente en desafío.
Abrir las redes sociales y sentir un bombardeo de todo tipo de consejos dirigidos a niños es agobiante, como si los niños fueran una gran masa de seres similares (nada más lejos de la realidad). En cuanto a recomendaciones respecta, estas deberían variar tanto como estados evolutivos existen en los niños.
En ese sentido yo reflexiono:
- Nadie conoce mejor a su hijo que la figura principal de apego, por ende es esta quien tiene ventajas sobe cualquier especialista. Yo soy quien leo a mi hija/hijo, debo saber interpretar que necesita, como y cuando. Para ello necesito tener disponibilidad emocional para hacer una correcta lectura. Escuchar, mirar, interpretar sus actos es fundamental. Esto no es algo que surge ahora, es algo que nos acompaña desde que lográbamos interpretar su llanto diferente cuando era hambre o sueño es el vínculo que cada madre tiene con su hijo, y es momento de confiar en él, volver a él, abrirse a él, está mucho más presente de lo que creemos es intuitivo, es evolutivo es casi reflejo. El sólo hecho de desear mejorar mi vinculo ya es tremendamente protector y eso es sólo el reflejo de como pequeños gestos, generan inmensos cambios.
- No esperen niños felices, eso solo les va a traer frustración. Nuestro rol es criar humanos buenos, resilientes y con capacidad de disfrutar los momentos de felicidad. Para eso tolerar la frustración es fundamental. Les tocó vivir una estallido social y una pandemia, si eso les toco y deben lidiar con eso. Se van a frustrar por no poder salir, van a llorar con las tareas, van a pedir cosas que no hay pues tienen que superarlo. Suena muy rudo, suena casi cruel, pero mi rol es acompañarlos, explicarles según su estado evolutivo en el desarrollo lo que les tocó vivir y que la vida es así, un cambio constante y es difícil y sacrificada. Si no es una pandemia será un terremoto, un aluvión, un accidente, entre otras cosas, así es la vida y yo debo lidiar con lo que me toca de la mejor forma posible, y esto no significa no llorar ni aguantar mi rabia sino vivirla y ser capaz de superarla. Las personas más exitosas en términos globales no son las más inteligentes son las más flexibles, capaces de innovar e inventar soluciones a los problemas que se nos presentan.
- El distanciamiento social no afecta de la misma forma a todos por igual, esto depende de la edad de los niños, de la inteligencia emocional, de la personalidad y de donde están las figuras de referencia. En los más pequeños (hablando en edades promedio bajo los 6 años pero nuevamente esto depende del estado madurativo del niño) la distancia social no es tan percibida salvo que sea en las figuras principales de apego. A estas edades los niños necesitan seguridad a toda prueba en el hogar (sensación de seguridad), figuras de apego presente y contención emocional. En la medida que evolucionan las figuras significativas van aumentando, pero en los pre-adolescente manteniendo un potente y seguro vínculo con las personas significativas se logra disminuir bastante el resentimiento por el contacto social, nuevamente el sentimiento de seguridad, contención y explicación del contexto y de su rol en lo que ocurre es fundamental. En los adolescentes ya la necesidad de contacto social es mayor, y pasa a ser una necesidad. Ahí un buen uso de las redes sociales en este contexto es importante, pues necesitan de la sociabilización para su desarrollo emocional y sensación de pertenencia.
- Las tareas son eso, tareas. No deberían cumplir un rol más importante que lo han hecho fuera de una pandemia mundial. Hay que hacerlas pues es lo correcto y lo que corresponde ¿se van a molestar mis hijos por hacerlas? Si, probablemente como siempre se ha molestado pero es parte de la frustración que debe superar y parte de lo que ?nos? toco vivir. Solo yo se mis prioridades en el hogar, solo yo sé quién en mi casa necesita más o menos apoyo, solo yo sé cómo puedo, dentro de mi realidad cumplir o no las metas que me están colocando externamente?eso es mi reflexión, es mi proceso, es mi trabajo, NO de mis hijos.
- La culpa por no satisfacer las expectativas no es nueva, es el sello de la maternidad (o me atrevería a decir de la mujer) moderna. No es por la pandemia que siento que no doy con todo como quisiera, puede estar exacerbado por ella pero no es un sentimiento exclusivo de esta situación. La sensación de no cumplir con las expectativas personales o de otros siempre esta y siempre se exacerba con estresores externos (enfermedad de un miembro de la familia, problemas laborales, dificultades de pareja, entre otras). Es por esto, que debemos conectarnos con nuestro lado más práctico y realizar lo que para mí es fundamental, elegir las batallas, priorizar lo que es para mi familia importante, trabajar en equipo (incluir a la pareja o hijos en labores que previamente no hacían, bueno estamos en pandemia todos debemos flexibilizar), y lo que tanto nos cuesta DELEGAR. Con esto creo que hacer un marco de trabajo, es fundamental, que DEBO cumplir en el día y que cosas se pueden delegar o simplemente NO hacer.
En una escala de prioridades si el trabajo es necesario para alimentar a la familia esto es una necesidad básica y no debo sentirme mal o menos madre por priorizar eso por sobre jugar con mis hijos, es lo que debo hacer. Pero para hacerlo tranquila debo haber hecho ese trabajo cognitivo de que lo que estoy haciendo es lo importante y ya he meditado los fundamentos de mis actos, he hecho la balanza de los pro y contras de cada determinación, he asumido las consecuencias. Ojala este trabajo se haga de a dos, siempre hay más soluciones con dos que con uno.
Por último, cuando hablamos de cierta cantidad de muertos en USA y en España por el coronavirus, es tiempo de contextualizar las cosas y ver nuestra realidad? ¿cuánto ira a ser en Chile? Entre estos muertos van a estar abuelos, vecinos, conocidos, colegas, entre otros? algo que no podemos saber ¿hacia dónde deberíamos estar canalizando nuestras energías? Que debería ser lo importante hoy pues finalmente no hay forma correcta de enfrentar emocionalmente o cómo vivir la maternidad en una pandemia, nadie en nuestro siglo lo ha vivido. Todo lo que leemos son reflexiones, impresiones o ideas de lo que creemos es lo mejor, pero carecen de evidencia pues no es algo que hemos podido poner a prueba. Es un momento de innovar, flexibilizar, buscar nuevos métodos, priorizar tomar distancia, poner en perspectiva y por sobre todo valorar lo que tenemos.
Karina Tirado
Neuróloga Infantil
Centro de Terapia del Comportamiento
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